LA CAMISA A TRAVES DE LA HISTORIA

LA CAMISA A TRAVES DE LA HISTORIA

“La camisa es la prenda más importante para un hombre, la más vista, la que más define a la persona que la lleva puesta”, dice Victor del Peral, confundador de Victor del Peral, acerca de la camisa masculina, una prenda que ha trascendido en el tiempo y evolucionado con el paso de los años para llegar a lo que es ahora: el gran foco principal en cualquier conjunto o un outfit establecido. 

 

 

Su más antiguo origen se remonta nada más y nada menos al 1500 a.c, los egipcios adoptaron una prenda que estaba constituida por un camisón, cortado rectangular con una única abertura angosta en la que pasaba solo la cabeza y además tenía mangas muy ceñidas, esta prenda fue denominada:

 

La prenda era de color blanco, un color que se consideraba sumamente sagrado y con el paso de tiempo fue evolucionando de tal forma que cuando llegaron a las manos de los griegos, estos le llamaron Kamison, mientras que los romanos la nombraron subucula porque se llevaba pegada a la piel y debajo de su ropa.

 

 

A lo largo de la historia esta prenda también ha guardo un sinfín de simbolismos, por ejemplo: En la tradición celta, los sacerdotes decían que “toda piel cubierta por camisa no será alcanzada por ninguna enfermedad”, en pocas palabras, para ellos la camisa era un símbolo sagrado de protección.


Pero la camisa moderna que hoy conocemos fue teniendo sus comienzos a finales del siglo XIX, aunque al principio era una prenda voluminosa, de mangas largas y sin forma, se consideraba una prenda interior y nunca debía usarse sin chaleco, especialmente si los caballeros se encontraban ante ojos femeninos. Por esta razón, el ajuste acentuado que conocemos hoy no era necesario, por lo tanto estas camisas seguían siendo holgadas y al no tener una abertura frontal, se usaban sobre la cabeza. 

 

 

Para 1871, apareció la primera camisa de vestir con una tapeta abotonada gracias a Brown Davis & co. y de ahí vinieron solo buenos tiempos para esta increíble prenda. 

 


La camisa blanca pronto fue considerada en el “epítome de la elegancia”, y es que en general se consideraba que solo que los ricos eran el único grupo social que podía permitirse una de estas prendas ya que necesitaba ser lavada y planchada a diario.

Como la camisa en sí servia para proteger la piel y lo único que se veían eran los cuellos, eran bastante utilizados los cuellos postizos. De esta forma, se podían lavar solo los cuellos y el resto de la ropa no, gracias a su nula visibilidad. Las personas que no tenían tanta posición económica en cambio, debían utilizar solo camisas de otro color o el estampado rayado el cual no mostraba una buena posición social. 

 

 

Las camisas en nuestros días siguen siendo símbolo de elegancia, pero es mucho menos formal y regimentada, acompaña a la elegancia con mucha simpleza y practicidad en su estructura y es una prenda que funciona con todo tipo de combinaciones, los hombres de la actualidad cuentan con camisas llamativas, con una variedad de cuello, puños, estampados y formas.

 

 

Para victor del peral la camisería está llena de pasión, sus prendas básicas son completamente atrayentes, la flexibilidad de sus camisas sin tanto volumen y la pureza de sus materiales hacen que las camisas sean todo un arte, hechas 100% en fibras naturales se convierten en una de las prendas favoritas del hombre contemporáneo no solo por su perfecto fit, sino por la calidad de sus telas y su responsabilidad social que causan un excelente impacto en el medio ambiente haciendo de cada una de estas prendas, prendas duraderas.

 

 

 

 

 

    

Referencias bibliográficas: https://www.gant.com/shirtguide/shirt-history

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